Capítulo 90

No podía respirar; todo lo que podía ver era rojo, con lágrimas pesadas nublando mis ojos.

Mi corazón latía tan rápido que podía sentirlo en mis ojos.

Mis manos temblaban violentamente, demasiado asustadas para alcanzarlo.

—Zay...—me ahogué con mocos y saliva. Esto no puede estar pasando, no otra ve...

Inicia sesión y continúa leyendo