CAPÍTULO 178

ALARIC

La curandera terminó su rápida evaluación y se enderezó, limpiándose las manos en un paño que ya estaba empapado de sangre—ninguna de ella era suya.

Me lanzó una mirada cautelosa, eligiendo sus palabras con cuidado.

—Sus signos vitales son inestables. Necesita líquidos, calor y algo pa...

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