CAPÍTULO 196

Sus dedos se quedaron un momento más en mi mejilla, trazando líneas lentas y cuidadosas como si estuviera memorizando mi forma.

El peso de su mirada presionaba contra mi pecho de una manera que me anclaba, casi dolorosamente íntima, y sentí que los últimos hilos de tensión en mis hombros se aflojab...

Inicia sesión y continúa leyendo