CAPÍTULO 202

AMARA

Me despierto lentamente, flotando en ese espacio nebuloso y dorado entre el sueño y la realidad. Mi cuerpo se siente como si hubiera sido sumergido en miel tibia: pesado, suelto, deliciosamente usado.

Cada músculo zumba con el dolor más dulce, ese que me hace querer estirarme como un ga...

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