El juego de la confianza

Desde la perspectiva de Cleopatra

Llevé a Renee a su habitación y la senté en la cama. La ayudé a quitarse la ropa. Ya se había curado de las marcas y la sangre ya estaba seca, pegada a su cuerpo.

Gruñó cuando le pedí que levantara los brazos para poder quitarle la camiseta. Me sentí culpable, per...

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