El rey alfa y su reina lobo blanco

La luz de la mañana apenas atravesaba las pesadas cortinas, proyectando rayos de oro apagado sobre el suelo de la habitación. La respiración suave y regular de Cleopatra me decía que aún dormía, su rostro en paz por primera vez en lo que parecía una eternidad. Pero bajo esa calma exterior, una torme...

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