Ojos de la perdición

Horas pasaron en un silencio tenso.

El sol se había ocultado más allá del horizonte, y el cielo se teñía de violeta y oro. El palacio bullía con una energía nerviosa mientras los guardias duplicaban sus patrullas y los guerreros peinaban nuevamente los terrenos.

Caminaba de un lado a otro en la sa...

Inicia sesión y continúa leyendo