Suerte

"¡Sal de mi oficina ahora mismo!" le grité a la estúpida zorra que empleé como secretaria.

Ella no puede pensar en asentarse, solo en andar de puta.

"S..señor..."

"Estás despedida," estallé.

Sus ojos se abrieron de par en par por la sorpresa mientras yo me levantaba enfadado.

Hay un límite para...

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