Capítulo veintisiete

PERSPECTIVA DEL AUTOR

Meria se sentía nauseabunda por el olor de la carne y vomitó tan fuerte y obvio que se cubrió la boca... pero inmediatamente todas las miradas se posaron en ella.

—¿Estás bien?— preguntó la sirvienta que sostenía el plato de carne, aún parada frente a ella.

No quitó las mano...

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