Capítulo veinticinco

Finn

Caminaba junto a mi hermano, maldiciendo la ansiedad que hacía que mi pecho se apretara con fuerza. Miré su rostro y lo encontré con una mirada decidida. La Unión de Manadas había estado en vigor durante más de un siglo y medio. Si se separaba, sería un movimiento sin precedentes y caótico...

Inicia sesión y continúa leyendo