Capítulo 187: Una nariz demasiado afilada

La luz del sol se filtraba a través de las altas ventanas de la oficina de la Luna—una habitación elegante bañada en luz dorada, sus paredes adornadas con mapas del territorio, informes asegurados y algunos toques personales: cristales relajantes, un jarrón con flores frescas... y una caja de dulces...

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