Capítulo 46

Golpeé mis dedos contra el borde de la taza de café de cerámica, el calor se filtraba en mi piel pero no hacía nada para descongelar el nudo helado en mi estómago. El café estaba tranquilo, salvo por el ocasional tintineo de cubiertos y conversaciones murmuradas. Jace estaba sentado frente a mí, su ...

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