Capítulo 48

Me paré frente al elegante edificio de oficinas de vidrio y acero de Damien, el viento helado azotando las calles de la ciudad. El plan había sido simple: confrontar al hombre que había arruinado todo. Pero mientras subía en el ascensor hacia su ático, el nudo en mi estómago se apretaba más. Jace ha...

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