39.

— ¡FALTA! — se escuchó el grito después del silbato, el entrenamiento del día estaba en curso y los chicos en la duela se veían ya cansados.

—¿Qué te pasa James?... no puedes cometer faltas tan inocentes — regañó Erick cuando su apuesto rebelde amigo caminó con el balón.

—Cierra la boca— contestó ...

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