Manipulando a los foster

Emily entró hecha una furia a su habitación. Cerró la puerta de un portazo y apoyó la espalda contra ella, respirando agitada. Le temblaban las manos, pero no de miedo… sino de rabia contenida.

—¡¿Cómo se atreven?! —soltó entre dientes, caminando hasta el espejo. Se miró fijamente—. ¿Compararme con...

Inicia sesión y continúa leyendo