Capítulo diecinueve

Me acerqué más a él. La marca de nacimiento en su mejilla izquierda seguía diciéndome que había visto su rostro antes, pero no podía recordar exactamente dónde nos habíamos cruzado.

—¡Camilla! —exclamó de nuevo.

—¿Quién eres? —pregunté finalmente, cansada de intentar recordar.

—¿Camilla, de verda...

Inicia sesión y continúa leyendo