Capítulo veintitrés

Intercambiando un golpe por un golpe, una patada por una patada y una bofetada por una bofetada. El asistente era mejor de lo que había imaginado. Y para alguien que no entrenó para esto, que fue tomado por sorpresa, hice un gran trabajo al vencerlo.

—¿Qué dijiste que pedí de nuevo?— Lo arrojé al s...

Inicia sesión y continúa leyendo