Capítulo sesenta y dos

—¡Llamó de nuevo!— agitó mi teléfono frente a mí.

Estaba sentada en el baño, junto a la lavadora, haciendo la colada. Lo último que quería era ser interrumpida por cualquier motivo, por cualquier hijo de puta.

Excepto que se trataba de Keddy. Lo extrañaba tanto, y sabía que él estaba muy preocupad...

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