Capítulo 36: Mi dolor

Al ver a Elio aparecer en la puerta, Tiffany gritó y retrocedió.

Pero la mirada de Elio era demasiado fría, y el guardaespaldas detrás de él no dudó. Se acercaron y arrastraron a Tiffany.

Tiffany continuó luchando: —¡Elio, Elio, mira bien, Julia es una mujer promiscua y desvergonzada, ella es—! No p...

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