9

Vi cómo su barbilla se levantaba desafiante.

—No sería la primera vez que me dejas plantada, ¿verdad? Estoy más sorprendida de que hayas aparecido, en realidad. O tal vez porque es de día y prefieres tener tus pequeñas escapadas sórdidas después del anochecer.

Entrecerré los ojos.

—Lo que sea que...

Inicia sesión y continúa leyendo