CAPÍTULO 140: CON LA MAYOR INCREDULIDAD

—¿Me llamaste?— solté apresuradamente en cuanto entré en la habitación privada de Ivar. Estaba sentado cerca de la ventana, fumando su cigarro. No me miró y observaba más allá afuera, como si estuviera sumido en profundos pensamientos. Cerré suavemente la puerta detrás de mí antes de caminar lentame...

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