Capítulo veintiuno

Desde la perspectiva de Lucien

Me limpié la gota de sangre en mi mejilla y agarré firmemente la espada de madera. Me giré y le di al joven una amplia sonrisa.

—El resto de ustedes, salgan del campo ahora —les dije a los otros chicos, despidiéndolos. Si iba a divertirme, no necesitaba molestias ins...

Inicia sesión y continúa leyendo