Treinta y ocho

Me sorprendieron las palabras de Lana. Escuché atentamente y comencé a preguntarme si mis oídos me estaban jugando una mala pasada. Pensar que el mismo día en que fui herida, Edwina ya había intentado volver a entrar en la vida de Lucian, como antes. Era absolutamente increíble.

—¿Estás segura de l...

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