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La rabia que ardía dentro de mí era feroz, incontrolable. Edwina era mi principal sospechosa por la desaparición de Elena—no, era mi única sospechosa. Estaba 100% segura de que ella era la responsable. Esperaba que se quebrara bajo mi interrogatorio, pero en lugar de eso, lanzó una andanada de ataqu...

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