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—¡¿Dónde diablos está mi comida, estúpida?! —gritó David a todo pulmón. Estaba claramente enojado por algo, y la furia en sus ojos hacía sentir que estaba listo para matar.

—Tendrás tu comida cuando esté lista. Por ahora, espera ahí y aguántate. Por el amor de Dios, eres el alfa de una manada, y po...

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