Capítulo treinta y tres

—CREÉME, NIÑA, ESTA MENTIRA INOFENSIVA HARÁ LAS COSAS MÁS FÁCILES —dije con las manos en alto, y ella levantó las cejas de una manera divertida—. Además, si te hubieran visto despierta en ese momento, conociéndolos como los conozco, seguramente te habrían inundado con una ola de preguntas sobre lo q...

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