Diosa de la seducción

"No hay nada." Dijo ella mirándome con una sonrisa extraña que despertó mi curiosidad y de repente me recordó la conversación anterior. Miró de nuevo a su escritorio, pareció buscar algo por un momento y luego abrió el cajón del medio. Sacó un sobre manila delgado y me lo entregó. "Diviértete." Dijo...

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