Libro 2, parte 24

Salí de la pequeña oficina y vi a una joven en la playa, luchando con una canoa. Me acerqué a ella y comencé a reír. Ella se dio la vuelta y se me cortó la respiración. Era exóticamente hermosa y me di cuenta de que la estaba mirando fijamente.

—Déjame ayudarte con eso. Levanté la canoa, me orienté...

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