Libro 3, parte 50

Cambié el pañal de Saga, los llevé abajo y los coloqué en sus cunitas. Saqué sus alfombras de juego y las puse en el suelo para que pudieran entretenerse un rato. Miré alrededor. Adara no se había molestado en limpiar el desorden que Malachi y yo habíamos hecho.

Llevé las sillas rotas al garaje y l...

Inicia sesión y continúa leyendo