Libro 3, parte 70

Jessica bajó las escaleras en pijama, con su bata ondeando mientras caminaba hacia la cocina y se desplomaba en una silla en el mostrador.

—Buenos días —dijimos Malachi y yo al mismo tiempo, y ella nos miró con el ceño fruncido.

—Uf, no puedo ser adulta hasta que haya tomado café —dijo, y Malachi ...

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