Libro 3, parte 106

Malachi y Jessica doblaron la esquina y me quedé sin palabras. Ella estaba absolutamente impresionante.

—Wow, Jess, te ves perfecta.

Ella puso los ojos en blanco pero sonrió.

—Amigo, lo sé, pero gracias. Tú tampoco te ves tan mal.

Me reí y abracé a Malachi con fuerza mientras él me daba una palm...

Inicia sesión y continúa leyendo