Libro 3, parte 108

Una hora después, me despedí de Malachi y Jessica, mientras la habitación comenzaba a vaciarse y la gente empezaba a irse. Adara se había ido hace un rato con una Caitlyn risueña y algo ebria a su lado.

—¿No estás enojado conmigo?— le pregunté a Malachi, y él sonrió.

—Eso fue diferente de alguna m...

Inicia sesión y continúa leyendo