Libro 4, parte 7

Charlotte tomó el plato frente a mí, sirvió en la estufa y lo volvió a colocar delante de mí. Acababa de correr 11 millas y me costaría comer, pero me quedé callado.

—Gracias— dije automáticamente. Mi plato consistía en mi desayuno normal de los jueves: dos rebanadas de pan tostado sin mantequilla,...

Inicia sesión y continúa leyendo