Libro 4, parte 27

Harris y Michaelson me siguieron fuera del restaurante. Me subí a mi camioneta y saqué mi teléfono. Me puse los auriculares y marqué el número de Jack. Arranqué cuando empezó a sonar.

—Hola, hermanito —contestó Jack.

—¿Puedes intentar mantener la boca cerrada?

—Solo les importa —dijo—. Entonces, ...

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