Libro 4, parte 104

Me desperté y encontré la cama vacía. Me senté y escuché. Charlotte estaba en la cocina. Bajé las escaleras y me quedé mirándola desde la puerta. Ella saltó cuando me vio y empecé a reír mientras su mano iba a su pecho.

—¡No hagas eso!—dijo, mientras ponía la tetera.

—Lo siento—dije—. ¿Estrenando ...

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