Siguiendo el juego

A pesar de que no era de mi agrado lo que me estaba pidiendo que hiciera mi esposo, tenía que ceder a su juego para que no se molestara, al menos, no como ya lo había hecho cuando me resistí a permitir que siguiera con su idea. En realidad, no sabía que era lo que quería o qué buscaba exactament...

Inicia sesión y continúa leyendo