¡Francisco!

El placer y el morbo al estar en el juego me cegaron, tanto como nunca llegué a imaginarlo. Lo disfruté muchísimo, aun cuando no tenía ni puta idea de quien era aquel hombre, que estaba detrás de ese chat, pues, al parecer era un amigo de mi marido, o al menos, eso fue lo que él me dijo y yo, po...

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