Capítulo 130

El odio era una sentencia.

En los primeros momentos, era violento. Luego, envejecía amargamente, envenenando cada onza del corazón. Condenaba las almas que se sometían al resentimiento. Era cruel, doloroso y vengativo.

El odio nunca fue lo opuesto al amor. Porque yo sentía ambos. Era capaz de amar y...

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