Capítulo 157

Continué. Continué. Seguí adelante.

Dolor. Dolor. Y más dolor.

Hasta que un gemido más fuerte se liberó, y la bala salió. Mi rabia fue suficiente para rasgar el otro lado del vestido y atarlo firmemente en su pierna.

Me recosté, y como si mis bronquios hubieran dejado de funcionar en los últimos min...

Inicia sesión y continúa leyendo