23

Aiden todavía está jadeando. Su agarre en mi brazo es tan fuerte que duele y me hace estremecer. Cuando se da cuenta, me suelta de inmediato.

Mi corazón late rápido mientras observo su estado. El sudor le corre por la cara como si acabara de correr un maratón. Sea lo que sea que estaba soñando, deb...

Inicia sesión y continúa leyendo