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Han pasado un par de días desde que papá me dijo que van a venir a Seattle, y no puedo evitar preocuparme. No puedo imaginar lo que pasaría si supieran la verdad.

Abrazo mis rodillas, sintiendo el agua tibia calmar mi piel mientras estoy sentada aquí en el jacuzzi. Llevo un traje de baño de una pie...

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