Heriéndoles daño a ambos

—Buenos días. ¿Hay más café?

Ella señaló la cafetera. Tenía una jarra calentándose desde hacía un rato. Brenden se sirvió.

—¿Qué pasó anoche? —Tomó un café negro y se sentó en la mesa de cocina que ella había heredado. Ella no dejó de fregar mientras respondía.

—Se supone que saliste con Andy, lu...

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