Tregua de nuevo

—¿Vas por ahí buscando que te acaricien el ego, o esto es algo puntual?—preguntó ella, exasperada. No había forma de que admitiera que él era atractivo.

Él se encogió de hombros, claramente divertido por su falta de compostura sobre el tema.

—Depende de mi estado de ánimo, supongo.

Ella lo miró c...

Inicia sesión y continúa leyendo