Ser curioso

—Le gustas mucho, ¿sabes…?

La Dra. Stone se detuvo abruptamente, sus ojos parpadearon hacia los de Irene. Estaban entrecerrados con sospecha y, si tuviera que apostar, Irene diría que eran exactamente como los de un asesino en serie después de matar a sus víctimas. Probablemente no era lo que se le...

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