Capítulo 62

Otoño

—¿Veneno? —pregunté, tomando un sorbo de mi café con preocupación. Ahora estábamos en su oficina con la puerta cerrada. El camino hasta su oficina fue silencioso, y esperé para hablar con él, porque sentí que si se hacía público, los lobos se pondrían nerviosos.

—Sí... las cosas se pudren cu...

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