Capítulo 102

La comida terminó en un silencio cómodo, cada uno perdido en sus propios pensamientos sobre los días venideros. Al dispersarse, Aquiles tomó suavemente el brazo de Shea.

—Vamos a dar un paseo —sugirió con voz baja—. Despejemos la mente antes de mañana.

Shea asintió, agradecida por la oportunidad d...

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