Capítulo 8

El hombre lobo se acercaba lentamente, sus enormes patas silenciosas sobre la tierra húmeda. Shea permanecía inmóvil, la escopeta apuntando al pecho de la bestia, pero su dedo se negaba a apretar el gatillo. Su mente le gritaba que actuara, que se defendiera, pero su cuerpo seguía paralizado.

El al...

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