Capítulo seis

No he dormido. No realmente. Cada vez que cierro los ojos, sombras se mueven en la esquina de la habitación, pasos resuenan que no están allí. Me siento, enciendo la lámpara, me digo a mí misma que está solo en mi cabeza. No ayuda. El silencio se siente más pesado ahora, como si estuviera conteniend...

Inicia sesión y continúa leyendo