Capítulo treinta y tres

Aspen

—¡Se ven bien, chicas! —dice la entrenadora, caminando alrededor de nuestra pirámide—. Bases, bloqueen las rodillas, no queremos que se lastimen.

—¡Sí, entrenadora! —responden varias de las chicas en el suelo debajo de mí.

—Bien. Vamos a hacer nuestras vueltas y luego podemos dar por termi...

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