Capítulo cincuenta y nueve

Boston

Aspen y yo entramos a nuestra clase de Cálculo de segundo período tomados de la mano. Su rostro está sonrojado y su cabello desordenado, dejando más que claro lo que acabamos de hacer en el estacionamiento.

Las risitas maliciosas de mis amigos me dicen que son más que conscientes de lo que...

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